Los caminos de la intertextualidad son inescrutables; o, quizás no, mas no es su elucidación el cometido de este blog, sino el de ofrecer nuevas lecturas. De este modo, tras la entrada de ayer dedicada a Gabriel Celaya, hoy presentamos la particular revisión de tal lectura a cargo de Belén Reyes (1964), ahijada literaria de Gloria Fuertes nacida en Lavapiés. Con ella, esta hacedora de versos nos muestra la particular actualización del noble sueño de Celaya que cree realmente patente en este siglo XXI: el alcance más que limitado, mas no por ello menos profundo entre los tocados por el mismo, del hado poético en nuestros días. ¿Futuro o mercurio?
La poesía es un arma cargada de mercurio
A Amparitxu, a Gabriel
Yo sé que es vida esto que se mueve
entre estas venas rotas y cansadas.
No hay célula que tienda a resistirse.
No quiero ser inmune a nadie, a nada.
Yo sé, porque me duele cuando escribo,
que Amparitxu se acuerda de Celaya.
La poesía es un arma cargada de mercurio,
a casi todo el mundo se le escapa.
Y no sé por qué insisto en estos tiempos,
se nos van los poetas en silencio,
y luego el homenaje-navajada.
Hago trenzas de versos, me despeino.
Cuando se hace un milagro hay que dar caña.
Yo sé que es vida esto que se mueve
entre estas venas rotas y cansadas.
La poesía es un arma cargada de mercurio,
—hay una minoría que la atrapa—.
Los demás que se apañen con la nómina,
con el vídeo, la coca, o la esperanza.
Reblogged this on No hay instante sin misterio and commented:
Y como todas las drogas… A veces mata y a veces salva vidas